Ha pasado medio año desde el torneo “King of Fighters”. Robert Garcia ha trabajado duro para mejorar su fuerza de voluntad y entrenado diariamente como un león en el dojo Kyokugenryo. De camino a su cita con la hermana de Ryo, Yuri, Robert monta en su amado AC Cobra y navega a lo largo de la costa, cuando de pronto un hombre se lanza en medio de la carretera.

Robert hace un derrape para evitar atropellar al peatón. El extraño hombre desaparece pronto de escena y la única cosa que deja es una bolsa de viaje de mujer. Una chica corre hacia Robert casi sin aliento para recuperarla. “Mi bolsa... La has recuperado, ¿verdad? ¡Muchísimas gracias!”

“¿Es esta tu bolsa? Pues ese tipo debió de ser un ladrón. Por fortuna, aquí la tienes de una pieza.”

“Sí. De verdad, no sé cómo agradecértelo. ¿Ah? Ese colgante...”

La chica se fija en el viejo colgante de Robert y lo compara con el que ella misma lleva a su cuello.

“Es igualito al mío. ¿Cómo es que...?”

“Me lo dio una amiga muy rica de la infancia. Antes de irse a América, me lo regaló para que no nos olvidáramos el uno del otro.”

“Entonces tu tienes que ser...”

“Sí, soy yo, Robert, Freia Lawrence. ¿Acaso me has olvidado?

“De ninguna manera. Es solo que te ves cambiada. Te pasabas todo el día molestándome. Por cierto, ¿cómo está tu padre?”

“Pues... muerto.”

“Vaya... Lo siento de veras.”

“No te preocupes. Ahora mismo me dirijo a Grasshill Valley. Wyler, un amigo íntimo de mi padre, me espera.”

“¿Y eso? ¿Qué ocurre?”

Entonces ella le explicó la razón por la que necesitaba ir a Grasshill Valley. Su padre fue un arqueólogo de renombre que al parecer hizo un extraordinario descubrimiento en Sudamérica. Para examinarlo como es debido, formó equipo con Victoria, una bióloga, y el padre de Wyler. Enseguida se hicieron buenos amigos. Sin embargo, como el experimento iba más allá de sus capacidades, el padre de Freia quiso abandonar la investigación. La razón era simple: era peligrosa. Dado que su visión distaba mucho de los procedimientos de Victoria, dejó el laboratorio con los datos del proyecto. Al mismo tiempo, sintió haber traicionado a Victoria y se culpó por ello el resto de su vida.

“Como era deseo de mi padre, voy a devolver los frutos de la investigación a Wyler.”

“Parece que llevas mucho peso. Déjame ir contigo y visitar a Wyler también. Pensándolo bien, nunca está de más saludar a un viejo amigo. Grasshill Valley está en lo más peligroso de la ciudad, así que creo que necesitas un guardaespaldas, y estaré encantado de serlo para ti.”

Así pues, Robert y Freia se dirigen a la mansión de Wyler en Grasshill Valley.

“Mierda. Debería haber llamado a Yuri antes...”